Los artrópodos son los seres vivos más diversos en nuestro planeta. Existe cerca de un millón de especies conocidas a la fecha, pero algunas estimaciones elevan esta cifra hasta los 30 millones de especies aún por descubrir.Esta gran diversidad biológica ha influenciado nuestra percepción de la naturaleza desde tiempos inmemoriales, no solamente desde el punto de vista de la relación benéfica o perjudicial que se establece entre nuestra especie y los artrópodos, sino también en términos de la inspiración artística y la revelación espiritual.
Varias especies de artrópodos han sido consideradas como representaciones de deidades en diferentes culturas. Uno de los ejemplos más conocidos es el escarabajo sagrado (Scarabeus sacer), representación del Dios Kheper en la mitología egipcia. En esta cultura el Dios escarabajo representa el concepto de renacimiento después de la muerte, siendo el responsable de la mantención del ciclo diario. En el cielo Kheper lleva rodando al sol con sus patas traseras desde el amanecer hasta el crepúsculo, día tras día. Esta interpretación mitológica se relaciona con la conducta reproductiva de estos escarabajos, los cuales construyen, transportan y entierran bolas de excremento de grandes herbívoros para asegurar la alimentación de sus larvas.
Más tarde en la historia, la cultura Grecolatina también reservó un espacio para los artrópodos en su mitología. Psyche era considerada la Diosa del alma o del espíritu, siendo representada como una mujer o niña con alas de mariposa.La mitología griega señala que la belleza de Psyche fue tan magnífica, que logró enamorar al mismísimo Eros(Dios del amor). Esta representación mitológica relacionaba las coloridas y llamativas alas de las mariposas, con la belleza considerada como un atributo espiritual. Una forma de relacionar la metamorfosis de una rígida crisálida que representa la muerte, con el vuelo grácil y liviano de una mariposa que representa el alma en su camino al más allá.
Las culturas Americanas prehispánicas también incluyeron artrópodos en sus visiones espirituales de la naturaleza. Por ejemplo, en la cultura Azteca los Dioses Xochiquetzal e Itzpapalotl serían representaciones de las hermosas mariposas tropicales Papilio multicaudata y Rothschildia orizaba. Para los Mayas, muchas de estas mariposas eran espíritus de guerreros en su camino al cielo o Tlalocán. Similarmente, la cultura Hopi en Norteamérica incluye varios artrópodos como espíritus de la naturaleza llamados kachinas. Estos espíritus llevan las peticiones de los consejos de ancianos de las tribus hasta los dioses. Aún más importante, para la cultura Navajo todo el origen del hombre se relaciona con los mundos primitivos habitados por gente-insecto. Más al sur en nuestro continente, la cultura Nazca en la costa sur del Perú inmortalizó una araña migalomorfa (tarántula) entre sus impresionantes geoglifos conocidos como las líneas de Nazca. Por último, no se puede dejar de mencionar nuestra cultura mapuche que incluye en el mapudungún nombres propios para diversos insectos que reciben colectivamente el nombre de“isike”.
En la actualidad los artrópodos siguen estando presentes en nuestra cultura espiritual popular, no como deidades sino como representaciones modernas de seres sobrenaturales. Los superhéroes de la cultura popular son los representantes de la virtud de las antiguas deidades. El hombre-araña (Spiderman) y el hombre-hormiga (Antman) son algunos ejemplos de superhéroes artrópodos que han alcanzado las carteleras de cine durante los últimos años, pero hay muchos otros personajes con diversas virtudes que han sido creados según la diversidad biológica de estos organismos.
En diferentes formas los artrópodos y sus características han permitido representar las ideas del mundo espiritual de los humanos. Desde dioses hasta superhéroes la biodiversidad nos entrega una rica fuente de inspiración que seguramente seguiremos necesitando en el futuro para el desarrollo de las artes y la cultura en general.
Referencias
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*Eduardo Fuentes, Doctor en Ciencias Biológicas (Universidad de Chile, 1999), Licenciado en Ciencias Biológicas (Universidad Católica 1991). Profesor Asociado en la Universidad de Talca
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